Políticas Partidarias/Electorales

- Modificación del Código Electoral para que en las cámaras de diputados y senadores NUNCA haya una mayoría ideológica / partidaria que maneje a su antojo la elaboración y promulgación de leyes. Esto obligaría al debate permanente y a ponerse de acuerdo entre todos. El presidente elegido así no podría hacer lo que se le viene en gana sino que tendría que "negociar" con el resto de los partidos para implementar ideas. Quedarían exceptuados las medidas o decretos de necesidad y urgencia, los cuales son una buena herramienta...siempre y cuando sea usada con cautela y austeridad.

- Confección de una revista que explique cómo votar, qué cosas deben cuidarse y la razón general por la que uno vota. También que tenga información sobre candidatos, plataformas y reformas, con una visión objetiva. Tener una sección dedicada a los candidatos presidenciales, con un mini detalle biográfico de cada uno y los 7/10 puntos más importantes (propuestas) de sus plataformas. Lo mismo para ministros, secretarios de estado, senadores y diputados de cada partido, con el detalle de sus logros en sus ocupaciones previas, sus planes para el puesto a ocupar o citas de entrevistas públicas.
Finalmente se muestran todos los proyectos de reforma, con toda la información pertinente al proyecto y argumentos a favor y en contra recopilado de periodistas u organismos oficiales. Que la información general y recopilación de argumentos se realizada por un grupo independiente y el Estado se haga cargo de los gastos de impresión o correo postal (o ambos)

- Implementación de un sistema de referendums o plebiscitos on-line con ingreso por DNI/CUIT/CUIL (símil a las “firmas digitales” para las causas de ONG’s) ingresando a un sitio web oficial, manejado independientemente pero refrendado por el gobierno, para las decisiones de estado que tengan que ver con situaciones que incluyan e interesan a la sociedad toda y que requieran de un posterior tratamiento en la legislatura. Casos ejemplo: aborto legal, legalización de la droga, minería, Malvinas, voto adolescente, destino de fondos públicos, etc.
Estos referendums tendrían un límite en cantidad para los tipos consultivos (voluntarios) y vinculantes (obligatorios) y marcarían el destino de estos proyectos de ley/decisiones de estado.
De esta manera, la gente de a pie tendría una herramienta de “control de gestión” para esos 4 años de “rienda libre” que se les da a los gobernantes elegidos y así habría una posibilidad de seguir decidiendo sobre importantes cuestiones de estado aún después de haber votado.